sábado, 28 de abril de 2012

INTRODUCCIÓN.

                  Indiscutiblemente auténtica, la carta a Filemón es el más breve de los escritos de Pablo. Aunque incluye en la dirección a la comunidad que se reúne en casa de Filemón, la carta tiene carácter personal.

                  Filemón es un cristiano pudiente, convertido por Pablo (19) y colaborador suyo (1), muy generoso con la comunidad cristiana (5-7). Un esclavo suyo, Onésimo, se ha escapado después de cometer un robo (18), ha tenido ocasión de conocer a Pablo que está en la cárcel, y se ha hecho cristiano (10). Pablo querría retenerlo a su lado para que le ayudase (13), pero comprende que sería indelicado no advertir a Filemón (14); si, además, daba la policía con el fugitivo, recibiría un severo castigo y Pablo mismo se encontraría en situación de encubridor.

                 Es superfluo comentar los múltiples matices de esta breve carta, llena de tacto y de cariño. Notemos sólo cómo la fraternidad cristiana penetra anulando las castas sociales (16), que pertenecen a la estructura del mundo que pasa (1 Cor 7,31). Otro rasgo importante es la renuncia del apóstol a todo autoritarismo (8).

                Como en la carta a los Colosenses, Pablo está en la cárcel (Col 4,3.10.18; Flm 9-10.13) y rodeado de los mismos compañeros (Col 4,7-14; Flm 23-24). Onésimo, además, vuelve a Colosas con Fortunato, el portador de Col (Col 4,7-9). La carta a Filemón es, por tanto, contemporánea de los pasajes paulinos de Colosenses.

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